Alitas adobadas
Historia
Pues no tiene mucha historia. Pilar compra pollos enteros en la carnicería y el carnicero nos los despieza. Las pechugas las comemos fritas o a la plancha, los muslos y contramuslos a la brasa, la carcasa la usamos para hacer caldo y las alas, cuando tenemos unas cuantas, las hacemos adobadas y fritas, al horno o a la brasa según el día.
La cuestión es que cada vez que tengo que adobar alitas de pollo me encuentro con que tengo que buscar recetas por la web y después de mirarme unas cuantas, cojo ideas y lo hago a mi manera. Pero cada vez de una manera distinta. Así que la última vez, que quedaron muy buenas, Pilar me dijo que tenía que apuntar las cantidades que había usado. Y en eso estoy.
Ingredientes
Para entre un quilo y un quilo y cuarto de alitas.
- 5 dientes de ajo
- 5 pizcas generosas de sal (la próxima vez que las haga pesaré la sal…)
- 1 cucharada de vinagre de sidra (sirve un vinagre de vino)
- 3 cucharaditas colmadas de pimentón de la Vera
- 1 cucharadita colmada de comino
- 3 cucharadas de aceite
- 1,5 cucharadas de miel
Elaboración
Se majan bien los dientes de ajo en el mortero con la sal. A continuación se añaden el resto de ingredientes y se mezclan bien.
Se cogen las alitas de pollo y se salpimientan. A continuación se disponen en una bandeja profunda, se echa encima el adobo y se remueven bien para que todas las alitas queden bien embadurnadas.
Se deja reposar entre dos horas y un día, en la nevera, removiendo de vez en cuando para asegurarse de que todas las alitas quedan bien adobadas.
Pasado el tiempo de adobo, se pueden cocinar fritas, al horno o a la brasa.